miércoles, 4 de mayo de 2016

El traje nuevo del emperador (Corrección)

El otro día hicimos un taller cooperativo de comunicación literaria en clase en la que por grupos de tres teníamos que elegir entre tres tipos de estrategias de comunicación literaria infantil: 
  • 1.      Cuentacuentos
  • 2.      Narración con libro
  • 3.      Lectura


En mi grupo yo fui la cuentacuentos. Les conté un cuento que me gustaba bastante cuando era niña, mi madre me lo contaba muchas noches. Junto a los "Siete cabretillos", "El traje nuevo del emperador" era de mis cuentos favoritos para la hora de dormir. A la hora de preparármelo para poder contárselo a mis compañeras, la verdad, no necesite mucha preparación. Pues con leérmelo un par de veces ya me acordaba de él y era capaz de contarlo en voz alta sin necesitar ningún apoyo. Sin embargo, como tenía el cuento en el móvil le eche un vistazo una última vez antes de llegar a clase para refrescar la memoria.

Creo que es un cuento apto para todas las edades, pero lo recomendaría para los niños de 5 años. A esta edad pueden entender mejor el engaño de la historia, cómo nadie quiere decir que no ve el traje por el miedo a admitir que no es inteligente o que no es merecedor de su cargo.    






Este cuento folclórico fue pasado a papel por Hans Christian Andersen y fue publicado en 1837 como parte de Eventyr, Fortalte for Born (Cuentos de hadas contados para niños). Andersen fue uno de los adaptadores más famosos de la historia, pues reescribía las obras dándoles sus toques personales. Sus relatos son verdaderos clásicos a pesar de ser creaciones tan particulares y su transmisión oral se inició, incluso, antes de la muerte del autor. 


Opiniones de mis compañeros

Seis de mis compañeras pudieron disfrutar de este maravilloso cuento (maravilloso en mi opinión).

En el primer grupo, fui la segunda en hacer la actividad. Me comentaron que al principio comencé con un tono de voz muy llano, pero que según avanzaba en el relato lo fui mejorando. Les gustó cómo cambiaba el tono de voz, como gesticulaba mostrando el traje inexistente y la pasión que le ponía. 

En el segundo grupo también fui la segunda. Ambas me felicitaron, incluso, una de mis compañeras me pidió permiso para grabarme y poder ponérselo a su hermano por la noche a la hora de dormir. Me dijeron que les gustaron también los juegos que hacía con la voz, elevar o bajar el tono en función de la situación, los cambios de voces para los diferentes personajes.  

En el último grupo, en cambio, como hubo un problema de ruido en clase no pude jugar tanto con la voz y me lo dijeron. Por lo demás fue más bien de lo mismo. 


Autoevaluación 

Primeramente me gustaría tratar el tema de cómo introduje a mis compañeras en la historia. Siempre que era mi turno les explicaba que íbamos a hacer con palabras como: “¿Conocéis la historia del traje del emperador?” o “os voy a contar una historia muy antigua que ya me contaban a mi cuando era niña, ¿queréis oírla?”. Claramente (no sé si porque realmente querían, o porque era la actividad) siempre decían que querían oírla.  

Por otro lado, durante el cuentacuentos hacia muchos gestos como por ejemplo cogía el supuesto traje y se lo enseñaba, con los niños a lo mejor podría pasarles el traje o incluso decirles que lo tocaran para que entraran en ese juego de la historia. También podría preguntarles cómo ven ellos el traje, si ven los colores y los brillos que tiene.

Siempre solemos ser más críticos con nosotros mismos, por eso aunque a mis compañeras las gustase mi cuento creo que tuve algún fallo. A veces, por querer tener mucho contacto visual, me perdía y no sabía a quién mirar ya que me enfrentaba únicamente a dos personas. Además para la próxima vez tendré al lado una botella de agua, pues con el último grupo tuve que acortar un poco en detalles pues me quedaba sin voz, ya que había estado toda la clase haciendo cambios de tonos. Al final se me resentía un poco la garganta. 

Por otro lado, en cuanto a mis puntos fuertes, creo que la pasión que le ponía viene de los recuerdos que tengo de cuando era niña, de cómo intentaba mantenerme despierta hasta que llegara el final, noche tras noche. Cuando hablo gesticulo mucho y he sabido aprovecharlo a la hora de contar el cuento, ya que no creo que venga de mis escasas dotes teatrales. 

Pero como conclusión, puedo decir que todo es mejorable y que por mucho que agradezca los halagos de mis compañeras aquel día, seguiré practicando para poder hacerlo cada día mejor. No es lo mismo contar este cuento a adulto que a niños, necesito aprender otros recursos para conseguir que el cuento sea llamativo para los niños y niñas a los que les contaré el cuento.

Sin embargo si me imagino la situación, sería en un salón tranquilo donde pudiera elevar la voz y hacer los cambios de voces necesarios sin que pudiera molestar a alguien, también podría llevar alguna caja donde llevaría ese traje y al final de la clase podría “sacarlo” para ver cómo reaccionan los niños ante este traje y la imaginación que pueden llegar a tener. Además también les preguntaría sobre el cuento, si les ha gustado, o si por el contrario no les ha gustado que sería lo que cambiarían.


Referencias 

  • https://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nuevo_del_emperador
  • Apuntes de Literatura

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